lunes, 4 de octubre de 2010

Afligidos tal vez; avergonzados ¡Jamás!

A lo largo de mi vida Cristiana, he conocido a muchos que en algún momento creyeron en Jesús. Tiempo después por diversos motivos abandonan su fe. He visto a tantas personas entrar y salir de la iglesia.
Algunas ocasiones que me he encontrado con estas personas; y hemos tenido la oportunidad de hablar, me han comentado la diversidad de razones del por qué su fe se ha extinguido. Me han hablado de hipocresía en las personas de la iglesia, falta de tiempo, que la vida en el mundo es más placentera; y la vida del cristiano demasiado difícil. En fin, lo cierto de esto es que no todos perseveran.

Muchas de las razones las entiendo, es cierto que en la iglesia hay muchas personas de doble ánimo, que no son precisamente espirituales; y su actitud mundana afecta la fe de algunos que tratan de creer. Es cierto que para tener una relación genuina con Dios se necesita tiempo. Como es normal de cualquier relación. Si has de estar con Dios, debes hacer espacio en tu agenda para hablar con Él y escuchar lo que Él tiene que decir.
También es cierto que el mundo ofrece entretenimiento y placer; y muchos optan por ese camino. Por la simple razón que es un camino fácil y no requiere ningún esfuerzo más que el dejarse llevar. La vida cristiana es difícil, la gente te etiqueta de obtuso, retrogrado, aburrido y legalista; entre otras cosas. No falta el que se burle de ti y quiera ridiculizar tu fe. Te discutirán todo, te cuestionaran todo, examinaran cada cosa que hagas y digas; y si por error resbalas nunca faltaran dedos que te acusen de hipócrita. Muchos buscaran siempre el error y te lo recordaran siempre que sea posible. Así que no es un camino de rosas precisamente.

Aunque entiendo las razones, nunca podré justificarlas. Pues, ¿Qué puede ofrecernos este mundo, para poder mejorar lo que Dios nos ha prometido? Es duro perder a tus amigos a causa de tu fe (Créame que me ha pasado). Es duro que se burlen de ti por negarte a hacer lo que todos los demás hacen. Es duro ir contra la corriente. Pero los que hemos escogido a Jesús, hemos visto como Él ha suplido todo lo que; por nuestra fe; hemos perdido. Y no bastándonos con esto, encontrando en Jesús todo cuanto habíamos buscado, queremos compartirlo con todos. Es por esto que puedo entender la razón por la que muchos le dan la espalda a Jesús, pero nunca compartiré que valga la pena más claudicar, que perseverar en la fe.

“No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree, del judío primeramente y también del griego.”
Romanos 1:16
Estas palabras del apóstol Pablo son un verdadero aliento, para los que de alguna u otra forma hemos sufrido el desprecio por nuestras creencias. Es una invitación a continuar. Entendiendo que el evangelio que predicamos y en el cual creemos, es poderoso para salvar a todos los que en él hemos depositado nuestra fe. Así que, afligidos tal vez; avergonzados ¡jamás!

“He perdido a todos mis amigos en la escuela. Ahora que comencé a practicar lo que predico, ellos se burlan de mí [...].
No me voy a disculpar por hablar en el nombre de Jesús. Lo soportaré. Si mis amigos se convierten en mis enemigos, por estar con mi mejor amigo, Jesús, está bien para mí [...].
No voy a ocultar la luz que Dios puso en mi, Si tengo que sacrificarlo todo, lo hare.”
Rachel Scott
Asesinada en la secundaria básica Columbine
20 Abril 1999
Muchos han dado todo, por el evangelio que algunos desprecian y otros abandonan. Me pregunto, si Dios pusiera en una balanza a aquellos que claudican de la fe; y en el otro extremo a alguno de los miles de mártires, que han perdido todo por la causa de Cristo ¿Quién crees que heredará la vida eterna?
Si yo fuera de aquellos que abandonan la fe, pensaría seriamente en esto