“Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. “
Judas 3 – 4
El libro de Judas, es una pequeña carta, ubicada casi al final de la Biblia, justo antes del libro de Apocalipsis. Solo para aclarar, el autor de este Libro se identifica así mismo como Judas, siervo de Jesucristo y Hermano de Santiago, escrito alrededor del año 75 d.C. Por lo tanto no se trata de Judas Iscariote el traidor; por si lo estabas pensando.
Contender ardientemente por la fe que nos fue enseñada. Ese es el mensaje de los versículos de Judas citados previamente. Y la fe que nos fue enseñada, no es una tradición a la que debemos aferrarnos, porque nuestros padres creen en eso, o porque la familia lo ha querido así. La fe no es como los partidos políticos a los que les damos nuestra adhesión. No se trata sobre tradición o religión, la fe se trata de una relación vivencial con Dios.
Cuando hablamos de una fe vivencial, es cuando nos damos cuenta que la fe está padeciendo hoy en día. Jesucristo se limita ha anuncios en las redes sociales: “A que Jesús puede tener más de un millón de fans antes que cualquiera” o “Yo creo en Jesús y no me avergüenzo de decirlo”. De esta forma la fe en Jesús se ha convertido en dar un click de “Hazte Fan” o “Me gusta”. Aunque nuestra vida sea un desastre antes y después del click. La fe ya no implica sacrificio, solamente que sea publicitada en cualquier red social.
Y como si no fuera suficiente esta racionalización de la fe, a su vez la misma debe competir, con cuanto pensamiento ideológico o filosófico se le ocurra a la gente. Así que ahora este es el pensar de la gente: “si no lo entiendo objetivamente, no puedo creer en ello”. Y esto me hace pensar: Si tenemos que creer solo por hechos objetivos, entonces no se trataría de fe, sería una afinidad por acuerdo o compatibilidad.
Aparte de eso está la mundanidad. Cualquier entretenimiento que nos lleve a la impiedad y el placer, es preferible a lo que dice Dios que nos conviene. La fiesta, la diversión, la autosatisfacción y nuestros proyectos personales; están primero que Dios en nuestras vidas. Entiende por qué es necesario contender ardientemente por la fe. Porque los que tienen fe, son cada vez menos. Los que han guardado su vida para Dios son los pocos. Los que viven de acuerdo a su ley y hacen visible la vida de Jesús con sus hechos, son minoría.
Un día me preguntaba: ¿Qué es la maldad? Después de investigar un poco, pude definir la maldad, como todo aquello que va en contra de lo que Dios establece en su palabra. Pero también entendí que la maldad siempre ha existido, y hay personas que viven para hacer el mal. Hombres malos, que tratan de socavar la fe de algunos. Engañan con ideas que suenan bastante lógicas. Y logran su cometido porque el cristianismo ha dejado de estudiar la Biblia. Si no conoces la verdad de Dios, cualquier idea que suene lógica, termina siendo aceptada. En lugar de indagar una verdad absoluta, nos contentamos con una verdad a medias o una mentira bien argumentada.
Creo que Dios ha permitido que todo esto suceda, para ver, quien realmente esta dispuesto a luchar por su fe. En el libro “Locos por Jesús” de «DC Talk y la Voz de los mártires» encontramos la siguiente frase:
“La mayoría de personas nunca han considerado el morir por Jesús, porque nunca han comenzado a vivir por Él”
Si me pregunta, si creo que es necesario contender ardientemente por la fe, mi respuesta es que sí. Cree y vive lo que crees. No te dejes engañar y confundir. No te dejes seducir por lo que ofrece el mundo. Todo esto va a pasar, pero si tu fe es aprobada, trascenderá para toda una eternidad.